domingo, 19 de agosto de 2007

Por favor, Dios, que le llueva a otro

Estos días el huracán Dean azota el Caribe y al ver una de las fotos en las noticias recordé un texto de Lin Yutang en La importancia de vivir sobre cómo se rezaba para que no lloviera en un funeral, aunque así se fastidiase a otros. Esto le llevaba a desconfiar de las oraciones y de la religión, y eso mismo me sucedió a mí al leerle.

En la fotografía podemos ver que el huracán puede seguir una trayectoria dentro de un triángulo y quizá algunos en Cuba hayan rezado para que vaya al sur y los de Yucatán hayan rezado para que vaya al norte.

Lo mismo aparecía en un artículo reciente sobre las Boiretas en pueblos del norte de Aragón. Se trataba de que el pedrisco no cayera sobre el pueblo propio sino sobre otro. Algo similar a cuando la madre reza para que su hijo consiga el puesto en las oposiciones, lo mismo que las otras madres de los demás opositores.

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