martes, 8 de julio de 2008

La sociedad bipolar. 32

En una sociedad moderna, segmentada y democrática, los partidarios del modelo social se organizan para gestionarlo y defenderlo, los partidarios de cambiarlo tratan de ganar más partidarios para ese cambio y los que desean destruirlo tienen casi siempre las garantías para tratar de hacerlo desde la libertad o la impunidad que este modelo les garantiza. Debido a los cambios, las crisis, los efectos de malas administraciones o simples escándalos propios del espectáculo, el gobierno pasa de unos partidos a otros y sus estrategias varían si tratan de alcanzar el poder o de conservarlo, pero por lo general todos ellos ofrecen diferentes modelos acerca de la libertad individual y la capacidad de intervención de las leyes y el Estado en esa libertad de acuerdo con factores diversos. Por ejemplo, los partidos considerados desde el centro a la derecha son partidarios de la libertad individual, pero creen positivo el control del Estado y las leyes sobre formas de comportamiento que, por el contrario, los partidos desde el centro a la izquierda tratan de liberalizar mientras que intentan someter a control precisamente lo que los anteriores deseaban mantener lejos de las manos de los poderes públicos. En ocasiones convicciones o compromisos de principios ideológicos llevan a tales cosas, pero en otras -y estimo que con frecuencia- es la simple táctica del momento la que orienta las preferencias y los programas.

Pero hace tiempo que los partidos de izquierda democrática dejaron de ser revolucionarios ya que han comprobado que la teoría marxista del monopolio del Estado y la economía por parte de un grupo equivale siempre a pérdida de libertad y de prosperidad para todos los demás. Simplemente gestionan las quejas de los descontentos del modelo liberal del mismo modo como por la otra parte los de derecha gestionan la satisfacción de los ganadores. Unos y otros tratan de obtener los mayores beneficios de un sistema que todos consideran como el mejor posible, tal como aumentan los ingresos o los servicios recibidos por un particular o los ingresos y el poder de un político capaz de ponerse a la cabeza del gobierno del Estado. Sería ciertamente ingenuo creer que los planes y actos de un ser humano no están orientados a cumplir sus deseos y expectativas y la única confusión consiste en comprender cómo unos deseos o expectativas irreales pueden ocupar la mente de alguien muy por delante de sus experiencias, aunque esto podemos tratarlo en otro lugar. Así, los planes del empresario, del político o del revolucionario pueden tener o no unos resultados positivos para otro número de personas pero ni su origen ni su éxito tienen relación directa con ello. Su origen siempre será una motivación y un cálculo de costes y resultados subjetivos y su éxito siempre dependerá de que usen los recursos reales de un modo que les permita ampliarse y reproducirse. Pero ni las preferencias o motivaciones de una persona tienen su raíz fuera de ella ni nada subjetivo es capaz de obtener más éxito que lo que pueda lograr en términos prácticos, no imaginados. Unos planes serán altruistas, otros duramente egoístas, pero serán producto de unas preferencias individuales. Unos planes resultarán o no, y beneficiarán o perjudicarán a otros, pero sólo si son realizables en la práctica.

Los planes políticos y económicos tendrán por tanto un doble aspecto: la finalidad a la cual se supedita su argumentación y su realización, y su realización efectiva, que depende de que puedan aprovechar los recursos existentes o encontrar los que necesiten. Así, cuando un tipo de política trata de alcanzar una mayor libertad individual es legítimo preguntar quién tiene esa intención individual y por que ésa y no otra. Contemplar la máxima libertad individual como una especie de Sumo Bien al que tiende todo deseo y acción humanos es olvidar que los planes y deseos lo son de alguien, no de una especie de lugar metafísico de los principios. Y, de la misma manera, alcanzar la máxima solidaridad o justicia es algo ligado a que unas personas concretas lo deseen en un momento concreto y no una ley de la Naturaleza. Bien puede suceder que otros pongan la libertad del individuo al servicio del grupo o que su idea de la cohesión social sea esencialmente antiigualitaria. Y, por los mismos motivos, que triunfen unas opciones u otras no depende de una especie de destino inevitable, de una finalidad que se va a ver lograda como si fuera el fruto de un plan bien concebido sino que será el resultado contingente de un Universo que se ha desarrollado de una manera concreta. La idea determinista de que el resultado es único pues depende de un comienzo dado y de unas leyes dadas desde un principio no nos ayuda en mucho pues no conocemos ni ese principio ni nos vemos obligados a admitir que el Universo o las sociedades no estén sometidas a permanentes cambios sin llegar nunca a una especie de fin.

Habrá, por lo tanto, políticas que primen la libertad o el beneficio individuales, o todo lo contrario, porque los seres humanos que las proponen y llevan a cabo no son idénticos ni de partida ni tras las experiencias de sus vidas, y triunfarán unas u otras según las condiciones del momento. Los que se consideran beneficiados por una mayor libertad tratarán de desligarse de tantas obligaciones como les sea posible hasta chocar con los resultados negativos de una falta de cohesión social y aceptarán más de una o de otra según sus preferencias y sus expectativas; o los que desean una mayor cohesión social tratarán de controlar un máximo de actividades hasta que la falta de libertad ahogue a la sociedad. O al menos hasta que unos y otros prevean que van a suceder cosas que no desean. El desarrollo de las sociedades y economías liberales implica un mayor número de ideas y de opciones, nada esencialmente distinto de una sociedad o economía planificadas salvo que en un caso el número de apuestas es muy elevado y en el otro muy escaso. Pero toda sociedad que planea su futuro cae tarde o temprano en una crisis, como decía antes. Se especializa para funcionar en un determinado entorno como si éste no fuera variable y lo inesperado supera a veces su capacidad de adaptación. Y nuevamente la diferencia entre sociedades liberales o centralizadas consiste en que las apuestas sean muchas o unas pocas, en que unos triunfen y otros fracasen o en que todos puedan triunfar o todos fracasar. Pero las crisis son inevitables, como de hecho se comprueba. Y en cada crisis, los gestores del descontento tratan de presentarse como los que tienen la solución al problema, cosa que siempre está por ver hasta que se consigue o no.

Los partidos más o menos liberales por principio y los socialdemócratas por realismo gestionaban tras la guerra un espléndido progreso, pero cada crisis, cada dificultad era contestada desde la izquierda y, sobre todo, desde la extrema izquierda, con una llamada a los descontentos para cambiar el modelo y los gobernantes. Lo que añadió peligro a la situación hasta el derrumbe de la URSS fue la coincidencia o colaboración de estos partidos con la estrategia de los regímenes comunistas, en especial el soviético. Y estas coincidencias o colaboraciones tenían un triple aspecto: en primer lugar el propagandístico, el uso de los enfrentamientos de este periodo, de las crisis económicas o de las respuestas de los países democráticos para alcanzar el poder por parte de los partidos occidentales o para conseguir unos gobiernos menos beligerantes por parte de la URSS o China, con su apoyo decidido a los partidos comunistas legales o ilegales; el uso de los conflictos en cualquier lugar del mundo para un cerco político, militar o económico; y la financiación del terrorismo y los grupos guerrilleros dentro de los países occidentales. Y fue en este esfuerzo económico y militar donde la URSS se arruinó por un gasto cada vez más elevado y un potencial económico decreciente.

Los primeros golpes a los sistemas democráticos europeos vinieron tras la invasión soviética de la Europa oriental, que es aquello en lo que se convirtió el avance del Ejército Rojo contra los ejércitos alemanes. Los apasionados "antiamericanos" suelen atribuir a los EE UU un interés propio para su participación en la Segunda Guerra Mundial, tanto en sus tiempos y lugares como en su desarrollo, pero ignoran, olvidan o más probablemente tratan de que sean otros lo que lo ignoren u olviden, que la URSS firmó pactos con la Alemania nazi y con Japón (1), que usó a los partidos comunistas locales como "virreyes" de Stalin en los países invadidos (2) y que promovió la guerra civil en Grecia (3), donde sus tropas no habían logrado el control para imponer a sus partidarios. Esto es, si duda, lo que se podía esperar de un régimen comunista pues tanto su origen como su papel social e histórico están en relación necesaria de antagonismo con el sistema social, político y económico creado por el liberalismo.

Podemos entender las sociedades, sus formas de organización y su evolución como una serie de pactos y conflictos de diverso tipo entre grupos sociales y la evolución de las europeas había llegado a una situación en que grupos de teóricos y activistas políticos y sociales habían creado partidos de base obrera e ideología socialista que aspiraban a dirigirlas. Y los comunistas, entre ellos, hacían de la violencia el método de conquista del poder. Por lo tanto, los sistemas comunistas nacen dentro de los sistemas derivados del desarrollo político, social y económico por oposición a los grupos de organización y poder de las sociedades industriales y mercantiles sobre la base del descontento y la capacidad de organización y de acción de los obreros, y es en esa oposición como expresan su propia esencia y actividad. Y, en cuanto grupos dirigentes de estados de organización moderna, su oposición adquiere eventualmente formas de guerras entre estados, en todas las formas en que esto puede tener lugar.

El golpe de estado de los comunistas de Lenin no había tenido lugar en un país puntero en el desarrollo económico ni en el que estuviera asentada la democracia, como podría esperarse de una aplicación estricta de la teoría marxista, sino en uno situado en los márgenes. La toma del poder no vino como resultado de la evolución y las crisis de desarrollo de la sociedad y economía de raíz liberal sino como un asalto aventurero de un grupo decidido a todo en una situación doblemente comprometida: durante la consolidación de un sistema republicano tras la expulsión del poder del Zar y en medio de una derrota militar de los ejércitos rusos ante los alemanes en la Primera Guerra Mundial. Sus intentos de expansión mundial también tuvieron mucho de azaroso y circunstancial pues comenzaron con unos intentos de seguir el ejemplo bolchevique de la toma del poder en Rusia en los países más en crisis tras la derrota de la PGM, es decir, en Alemania y los restos del Imperio austrohúngaro. Pero estos intentos o fracasaron o dieron lugar al debilitamiento de las democracias y al ascenso de los nacionalismos totalitarios (4). Algo similar ocurrió en China con el enfrentamiento entre nacionalistas y comunistas y la invasión japonesa. La verdadera expansión comunista tuvo lugar tras la derrota de los nacionalismos totalitarios de Alemania, Italia y Japón en la Segunda Guerra Mundial, que permitió a los ejércitos soviéticos la ocupación de toda la Europa oriental y el apoyo a los comunistas chinos, que ganaron la guerra civil.

A partir de ahí, los grupos comunistas cuentan con las estructuras de dos enormes Estados y sus recursos en su lucha por el poder, y se enfrentan ya no contra otros ciudadanos de su mismo Estado internamente por su control sino por la hegemonía mundial de los modelos sociales, políticos y económicos, como Estados contra Estados, contando además con las divisiones dentro de los Estados no comunistas y los enfrentamientos internacionales. Es, como decía antes, esperable pues todo fenómeno que no es expansivo se extingue en su mismo origen. La Revolución francesa fue francesa sólo de modo circunstancial y resultaba de conceptos, actitudes y movimientos enraizados en todo el espacio europeo más adelantado. Su desarrollo tuvo también varias fases: desde las moderadas, que aspiraban a limitar el poder absoluto del monarca o sustituirlo por la soberanía de la nación hasta las más extremistas, que llevaron al periodo conocido como "El Terror" (5). En países vecinos a Francia también tuvieron lugar intentos de revolución y encontraron eco las voces revolucionarias, e incluso la Francia revolucionaria trató de extender su acción mediante la guerra, para acabar en un Napoleón que, de ser visto como un revolucionario que extendía ideales republicanos, demostró su voluntad imperial con coronación incluida.

La toma de poder de los comunistas en Rusia, especialmente tras la guerra civil, es vista por los distintos partidos de izquierda europeos con distintas perspectivas, desde los marxistas-leninistas, como un ejemplo a seguir y un apoyo a su acción, hasta los situados más al centro, que la ven como una prueba de los defectos de la sociedad liberal que desean transformar. Pero en todos los casos, como algo que transmite un mensaje positivo en su conjunto.


incompleto...

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(-.-) ZZZZZ
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Nota 1:

Pacto Ribbentrop-Mólotov
De Wikipedia, la enciclopedia libre.

El pacto de no agresión o también conocido como Pacto Ribbentrop-Mólotov fue firmado entre la Alemania nazi y la Unión Soviética en Moscú por los ministros de Asuntos Exteriores de Alemania y la Unión Soviética, Joachim von Ribbentrop y Viacheslav Molotov respectivamente. El pacto se firmó el 23 de agosto de 1939, poco antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial.

Términos

El tratado contenía cláusulas de no agresión mutua, así como de comprometerse a la solución pacífica de controversias entre ambas naciones, a ello se agregaba una intención de estrechar vínculos económicos y comerciales, así como de ayuda mutua. No obstante el tratado contenía también unas cláusulas secretas (sólo para conocimiento de los jerarcas de ambos gobiernos y no reveladas al público) donde el Tercer Reich y la Unión Soviética definían prácticamente la "repartición" de la Europa del este y central fijando los límites de la influencia alemana y soviética mediante mutuo acuerdo, determinando que Polonia quedaría como "zona de influencia" a repartirse entre ambos Estados, mientras que la Unión Soviética lograba que Alemania reconociese a Estonia, Letonia y Lituania como "zonas de interés soviético", también se comprometían a consultarse mutuamente sobre asuntos de interés común y a no participar en cualquier alianza formada en contra de alguno de los estados firmantes.

Efectos

La firma de este pacto causó gran conmoción en el resto de Europa, ni siquiera se disminuyó por el hecho de que Stalin hubiera estado intentando negociar una alianza con Gran Bretaña y Francia durante varios meses. Para muchas personas resultaba incomprensible que dos potencias tan enfrentadas pudieran ponerse de acuerdo en un pacto de no agresión amistoso en tan poco tiempo. Especial fue el caso de fascistas en toda Europa que rechazaron semejante acuerdo con un Estado considerado "enemigo" por su ideología comunista, así como de numerosos simpatizantes comunistas que se desencantaron de la Unión Soviética por haber ésta suscrito un "pacto de no agresión" con el régimen nazi que siempre había sido considerado el enemigo a batir.

La consecuencia directa fue la invasión conjunta de Polonia por Alemania y la URSS en septiembre de 1939 y el ataque a Finlandia por parte de la URSS poco después. Bajo este pacto en 1940 la URSS además se anexionó Estonia, Lituania y Letonia, y territorios de Rumania.


Pacto Ribbentrop-Mólotov en Wiki


Pacto de Neutralidad
De Wikipedia, la enciclopedia libre

El Pacto de Neutralidad fue un tratado de paz, que puso término a la guerra no declarada entre Japón y la Unión Soviética por la frontera entre el gobierno títere nipón de Manchukuo y la pro-soviética Mongolia, estabilizada tras el triunfo del mariscal Zhúkov en la batalla de Khalkhin Gol. Fue firmado en Moscú el 13 de abril de 1941 entre Viacheslav Molotov y Yosuke Matsuoka, y consideraba, en su parte fundamental, la neutralidad de las partes en caso de guerra entre una de ellas con otro país, por el plazo de cinco años.

Durante el curso de la Segunda Guerra Mundial, en 1941, Japón contempló romperlo[cita requerida], una vez iniciada por parte de la Alemania Nazi la invasión a la Unión Soviética ("Operación Barbarroja"). El no declarar la guerra a la URSS, le permitió a Japón llevar a cabo su "campaña del Pacífico" en vez de su estrategia norteña. Esto, a su vez, permitió a Stalin trasladar sus experimentadas tropas siberianas al frente oriental, específicamente a la Batalla de Moscú, una vez que tuvo la seguridad de no ser atacada por el oriente. Ésta vital información fue proporcionada por el espía soviético Richard Sorge.

El 5 de abril de 1945, la Unión Soviética informó al Gobierno de Japón que denunciaba el tratado. Poco más de cuatro meses después, la URSS declaraba la guerra al Imperio de Japón, llevando adelante la "Operación Tormenta de Agosto", cumpliendo su promesa de entrar en la guerra en el Océano Pacífico tres meses después de terminada la guerra en Europa.


Pacto de Neutralidad en Wiki

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Nota 2:

Golpe de Praga
De Wikipedia, la enciclopedia libre


El Golpe de Praga es el nombre con el que se denomina al acceso del Partido Comunista al gobierno de Checoslovaquia. El 25 de febrero de 1948, el presidente de la República de Checoslovaquia, Edvard Beneš, cedió todo el poder a Klement Gottwald y a Rudolf Slansky, después de dos semanas de intensas presiones por parte de la Unión Soviética.


Golpe de Praga en Wiki

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Nota 3:

Guerra civil griega
De Wikipedia, la enciclopedia libre


La guerra civil griega transcurrió entre 1946 y 1949, y fue el primer caso de una insurrección comunista tras la II Guerra Mundial, por lo que se puede considerar como el primer conflicto bélico de la guerra fría. La victoria de las fuerzas anticomunistas del gobierno condujeron a la entrada de Grecia en la OTAN y ayudaron a definir el equilibrio estratégico en el Egeo y los Balcanes en la Europa de postguerra.


Guerra civil griega en Wiki

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Nota 4:

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Nota 5:

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1 comentario:

sin cortinas dijo...

Otro tema importante para darle publicidad

Recordemos algunas cosas que se HA DICHO Y HECHO en el Parlament de Cataluña y NO SALDRÁ POR LA tv... .... El vídeo te aclarará algunas cosas desde lo más PROFUNDO del Parlament de Cataluña.

http://www.youtube.com/watch?v=zjIKbLDwBAA
(unir en una línea si sale cortado o con espacios en blanco el enlace)

Saben lo que hace. Si lo deseas pásalo a tus contactos.
No a la censura.